Esta colina, de 181 metros de altura, separa los términos municipales de Mataró y Argentona, quedando encajado entre los barrios de Cerdanyola, la Llàntia, la autopista del Maresme y la riera de Argentona.
Las primeras referencias del nombre de Cerdanyola aparecen en un documento con el nombre de “Cerdaniola”, en 1025, y hacía referencia a la delimitación de los dominios del castillo de Burriac y el castillo de Mata. Por aquella época, la colina de Cerdanyola fue uno de los puntos donde se instalaron horcas para colgar delincuentes, como también lo fueron el monte del Montcabrer y la colina de Bera. Era una forma de advertir a la población de la zona del castigo que recibirían si tenían la intención de delinquir.
La colina es coronada por una cruz que fue regalada por la redacción del diario “Mataró” con motivo de la fiesta de la Santa Cruz de mayo del año 1955. A lo largo de los años, la cruz ha sido considerada como uno de los elementos identificativos del barrio, con tanto renombre que acabó rebautizando la montaña con el nombre de “Montaña de la cruz”.